Jardín
- wuffarteinfo
- 18 jun 2024
- 1 Min. de lectura
Por Elizabeth Gori

El jardín escarlata
amaneció cuando volviste
pero nuestros nombres eran otros
y no supimos distinguir el pan de la ceniza.
Palparnos fue insuficiente
para saber,
uno al lado del otro,
que espigar nuestros cuerpos
nos llevaría hasta el fermentado
fruto del olvido.
En días errantes
con sed inagotable de certeza
exploramos bosques de sonidos
y risas incurables
hasta reinventar palabras
para comprendernos.
Desde entonces,
sobrios de sueño,
nos miramos cada día
para despertar
en el centro del insomnio
y con besos inauditos
en la punta de los dedos.
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